Todas las personas tenemos motivos para preocuparnos y angustiarnos, la vida no esta exenta de problemas que la pueden llenar de preocupaciones cuando llegan las situaciones criticas sean personales, asuntos familiares, necesidades materiales, problemas de salud, inestabilidad política o conflictos globales, la cadena es interminable de “qué pasaría si” y los peores escenarios llenan nuestros momentos de miedo y ansiedad la vida.
La ansiedad es una condición en la que la mente es arrastrada en dos direcciones diferentes,produce un estado emocional de angustia provocado por las circunstancias actuales o imaginarias por miedo a lo que podría suceder en el futuro,que domina nuestros pensamientos e interrumpe nuestro sueño.Sin embargo generalmente, gran parte de nuestra ansiedad se debe a problemas cotidianos con soluciones que nos suenan muy sencillas, pero que nos resultan difíciles aplicarlas.
La ansiedad es una reacción a nuestras circunstancias, pero también es una elección personal.Y ¿qué podemos hacer para cambiar la manera en que reaccionamos? Los problemas abruman tanto al punto de hacernos sentir insignificantes e incapaces de hacer algo al respecto pero la ansiedad se puede enfrentar y vencer con la confianza en que y en quien la depositamos .
Cada vez que encontramos circunstancias que no podemos cambiar, por no tener las posibilidades de suplir nuestras necesidades materiales , por fijarnos prioridades equivocadas la única opción sabia es entregarlas al único que puede manejarlas y fijarlas es : Dios y seguir el consejo de su palabra la biblia Dios no desea que ganemos el mundo para el sino que “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6: 33).
Otra fuente de ansiedad es adelantarnos al mañana. Planear el futuro es bueno, pero a veces nos sobrecargamos y nos conduce a la presión y falta de tiempo la solución es entregar nuestros planes Cristo que nos dice: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6: 34).
Finalmente para superar la preocupación de la ansiedad, debemos adoptar una actitud de alegría y agradecimiento Dios ha prometido satisfacer todas nuestras necesidades y protegernos con su paz y alegría. La elección es nuestra.
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